Establecimiento: Enrique Heinzmann
Provincia: Misiones
Localidad: Los Helechos
Dirección: Lote 80 - Sección XIII
Correo electrónico: quiquemann@yahoo.com.ar

 Mi única herencia

Los Helechos, febrero de 2012.- 

 Mi bisabuelo Gustav Garlepp era ornitólogo. Hizo dos expediciones a la selva boliviano-brasilera, con su esposa, a fines del 1800. Algunas de las especies de aves que él estudió, todavía se conservan en el Museo de Dresden. Cuando regresó a Alemania, tuvo noticias de la formación de una colonia germano-brasilera en Paraguay. Allí decidieron instalarse, en 1901, Gustav y Emmy Wessels junto a sus pequeños hijos: Werner y Alfred (mi abuelo materno). Luego nacieron en Hohenau, Otto, Käte y Erich. Se establecieron en una hermosa chacra y habilitaron uno de los dos almacenes de la colonia. El predio ya no pertenece a la familia, pero se puede visitar; en ese lugar privilegiado funciona un complejo turístico: “El Manantial”. El espíritu inquieto de Gustav lo llevó a realizar un viaje, en mula, en 1903, hasta Nueva Germania para interiorizarse en la técnica de la germinación de la yerba mate. Y en 1905 tuvo el primer vivero de esa zona. Pocos años después, fue salvajemente asesinado durante un asalto a su comercio. Mi bisabuela Emmy siguió al frente de los emprendimientos. Con el tiempo, su hijo Alfred se hizo cargo de la chacra. Se casó con Lidia Tischler, oriunda de Agudo, Río Grande do Sul (Brasil) y tuvieron tres hijos: Ernesto que murió muy joven, Emmy y Erna. Mi abuelo se dedicó a la ganadería y continuó con la producción de yerba mate. Constan en los registros históricos de Hohenau los datos de sus yerbales y de su barbacuá, allá por 1932. La próxima generación, los matrimonios: Garlepp - Frank y Garlepp - Heinzmann emigraron para Alemania y Argentina, respectivamente. Fruto de estas uniones, nacimos, sólo, mi hermana y yo. La tía Emmy volvió, actualmente, vive en Hohenau; Erna sigue en Buenos Aires. Durante mi infancia, mientras vivió el abuelo Alfred, pasé mucho tiempo a su lado y me interesé por las tareas del campo. Con él aprendí el manejo de los caballos, el valor de la palabra y la perseverancia en el trabajo. Ahora, siguiendo el antiguo mandato de esta estirpe de emprendedores, retomé la actividad yerbatera en Misiones. Cuento con la inspiración y la sabiduría que me transmitieron mis mayores. Busco complementarlas con la experiencia adquirida en años de esfuerzo y dedicación. Recogí conocimientos técnicos en la Escuela Agrícola “Don Bosco” en Uribelarrea (Bs. As.) y en contacto con la agricultura biodinámica. Hice experiencias en Bolivia, Paraguay, Alemania y Brasil. Me guían el fervor entusiasta de Gustav Garlepp y los valores de vida que me transmitió mi abuelo Alfred. Esta es la motivación que me sostiene para intentar este proyecto de agricultura familiar en Los Helechos. Estamos recuperando una pequeña plantación de yerbales cincuentenarios. Por tratarse de un modesto emprendimiento, podemos ocuparnos con esmero del cuidado de los detalles. Adoptamos las indicaciones del Manual de Buenas Prácticas Agrícolas para el manejo de la chacra. Somos respetuosos de la naturaleza y de las condiciones de trabajo digno. Procuramos consumir con responsabilidad, adherimos a los principios de la economía solidaria y apostamos al desarrollo regional sustentable. Pasaron muchos años desde aquel 1903 cuando comenzó esta aventura yerbatera. Hoy tenemos otra realidad y tratamos de incorporar nuevos conceptos. Como resultado de nuestra labor les ofrecemos una yerba mate elaborada con palo, producto Premium de cosecha limitada. Las marcas: Quiquemann y Guidaí, en su sabor tradicional y una línea de yerba mate compuesta con hierbas aromáticas. Envasadas en forma artesanal y en la observancia de los criterios del Manual de Buenas Prácticas de Manufactura. ¡Gracias por compartir un mate con nosotros!        
Quique